Día uno. 12:49 pm
Ojalá el avión se pudiera detener en el aire y pudiéramos tocar las nubes.
Es un día nublado y no veo más que nubes, es como si estuviera flotando en humo. El ruido me molesta, no me deja pensar y tampoco escribir. He querido escribir tantas cosas que al final termino olvidando, tal vez si no las decido escribir y no las recuerdo no eran tan importantes. Yo siento que si, intento recordar cosas que me hicieron sentir feliz. Siento un hueco dentro de mi, no sé donde está, si en el corazón, el estómago o la cabeza, le llamaré dentro de mi ser, en mi alma, eso que es lo más importante y nadie sabe dónde está. Me faltan mis olvidos, los quiero, ¿por qué se van? Todo llega y desaparece muy rápido. ¿Por qué no pasará más lento el tiempo? Enemigo de la vida. A veces le detesto.
2 de agosto
del 2015.
Escribo en todas
partes y nunca encuentro las hojas después.
Estoy en una
habitación a 33° centígrados con una cámara del lado derecho. Del lado
izquierdo una ventana por donde entra la luz del sol (dominante en este día),
una televisión con películas, de las cuales sólo reconozco Amélie y
documentales de Discovey Channel, y otras tantas boberías que me son ajenas.
Intento hacer
algo pero no puedo, lo que sea, algo distrayente, algo que no me haga pensar
que quiero morirme. Mis periodos de depresión están llegando a mí. Me siento
triste y no tengo ningún motivo, todo va bien e incluso por el camino que
quiero. La vida me confunde…
Quisiera
escribir tantas cosas, pero estoy bloqueada.
Espero no
hacerme daño.
4 de agosto del
2015.
Está
lloviendo. A mis espaldas cuchicheos de cosas que me son indiferentes, planes
en los que no estoy (ni quiero) estar involucrada.
Tengo 21 años
y con mis ganas de suicidarme me siento de...
La lluvia me
gusta, siempre me hace recordar cosas, sólo que esta vez no recuerdo nada, como
si no existiera, como si sólo estuviera yo con mi presente y no hubiese
recolectado ninguna experiencia. Que llueva hasta que recuerde algo. Entonces
nunca parará de llover.
10 de agosto del 2015.
14:06.
Tengo ganas de encontrármelo en la calle, gritarle "Dante" y que venga corriendo hacia mí. Qué triste llegar a esa casa y no verlo.
Otra vez está gritando. Me quedo paralizada, me da terror. Recuerdo el pasado, cuando se enojaba, gritaba (como lo está haciendo en este momento) y golpeaba a mi madre.
No sé si ya le perdone a mi padre todos los traumas que me causó y el horrible sentimiento de querer matarme cuando está cerca.
Podría escribir mil cosas sobre ti, pero sé que no tendría caso.
Terminamos ayer pero estabas ausente desde mucho tiempo atrás. Después de todo, no será difícil olvidarte.
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