lunes, 30 de noviembre de 2015

Noviembre del 2015.





 Memorias del mes + 2 textos (uno que tenía perdido).











23 de noviembre del 2015
7:45 horas
Después de levantarme todo el fin de semana a las 4 am para ir trabajar, estoy cansada. Me levanto el lunes para ir a la escuela, se me hace tarde. Termino mi tarea con sueño y no alcanzo a desayunar. Afuera hace frío. Camino por la calle aún sola, el sol empieza a salir y hay una luz, la luz del alba que contrasta con el concreto y empieza a hacer notar los árboles frondosos e imponentes que parece que despiertan con esa luz de la mañana. Camino preocupada. Voy tarde a clase y tengo sueño. Sigo caminando hacia el tren, que me lleva a la escuela, hay pocas personas en la calle, paso por la gasolinera para cruzar la calle y me empiezan a gritar cosas: "flaca", "adiós" y vulgaridad y media, pasan autos pitando y chiflando, no estoy asustada pero camino más rápido. Empiezo a pensar en todas las veces que he sufrido acoso, y me molesto conmigo misma o no sé con quien, que me parezca normal que te hagan pasar incomodidades por la calle, cuando sólo quieres ir caminando tranquilamente. Volteo a ver mi ropa, traigo un vestido, me pongo a pensar que tal vez debería haberme puesto un pantalón, me siento patética por haber pensado esto. Recuerdo que he sido acosada usando cualquier tipo de prenda (vestidos, faldas cortas o hasta el suelo, pantalones, blusas con escote o con cuello de tortuga, etc) y me doy cuenta que no es mi culpa. Subo al tren que está lleno de gente que está igual o muchísimo más cansada que yo, y hay uno que otro mirón que voltea a ver a todas las mujeres como si las quisiera ver desnudas. Empiezo a sentir repugnancia hacia la sociedad. Salgo de la estación hacia la superficie empujada por la avalancha de personas que siempre están a prisa. Está completamente iluminado, aún tengo que caminar 4 cuadras eternas para llegar a la escuela. Tengo que pasar por la catedral del centro de Guadalajara donde se está contruyendo la línea 3 del tren lígero y las calles están cerradas, llenas de trabajadores y policías pasando de vez en cuando. Hasta los policías te gritan cosas de vez en cuando. Empiezo a pensar que no puedo tener paz camino a la escuela, en si esas personas tuvieron educación, en qué piensan al hacer eso, en si tienen familia (esposa e hijas), por qué lo hacen cuando va una sola y no hay nadie cerca, en simplemente el por qué lo hacen y no encuentro ninguna respuesta. Empiezo a odiar la vida y después volteo a ver las flores. Las flores que están en el jardín de la rotonda de los jaliscienses ilustres y cómo parecen estar bailando por el viento que choca contra ellas. Veo después a una persona que le ayuda a cruzar la calle a un señor de edad avanzada. Volteo a mi alrededor y me pongo a contemplar la arquitectura, ¿cuánto tiempo abran tardado en construir ese edificio? Se me sale una sonrisa. Empiezo a enfocarme en las cosas buenas que están pasando mientras camino y así es como llego feliz a la escuela.







(No sé cuando escribí esto:)
Qué raro es todo esto. Nos volvemos a ver después de varias veces, no pasa nada. Nunca pasó nada realmente. Fue interesante entablar una buena conversación, supongo que siempre me pareció algo interesante. Tal vez soy sólo yo (muy probablemente), pero a veces nos siento un poco forzados a estar frente a frente y pretender que no nos atraemos, hay algo en el aire que hace que quiera que se arme de valor y me bese, sin pedir permiso, sin que lo vea venir. No lo conozco y ni siquiera le creo, pero algo está destinado a pasar. Sé que no pasó antes, se que no pasó hoy ni pasará en estos días, pero sé (y él también) que pasará.





lunes, 9 de noviembre de 2015

Octubre del 2015.






Memorias del mes + 2 textos.



11 de Octubre del 2015, 13:48 hrs. 
A veces quisiera decirlo todo, pero simplemente no tengo ganas de escribir.








26 de Octubre del 2015, 07:59 hrs.
No sé si se siente mal o sólo quiere hacerme sentir mal.
Estoy en la estación de tren y son las 6:58, mi clase empieza a las 7. En casa dejé a alguien triste. Hay una relación ganador-ganador de que voy a sentirme mal en cualquiera de los 2 casos: si voy a la escuela y lo dejo, según dice, triste. O si me regreso a casa y falto nuevamente a esa clase, que ya no puedo faltar.
¿Qué tengo para darle? No me gusta hacer promesas. Dice quererme más porque piensa que hace más sacrificios por mí de los que yo hago por él, y parece no saber que eso no es eternidad. Aparentemente, es de las personas que dan un regalo y esperan a que se lo regresen. Lloró porque no hago las mismas cosas, exactamente las mismas cosas que él hace por mí. A veces yo también quisiera cosas y no las ando pidiendo, así, como si fuera dueña de la vida, las acciones y la forma de pensar de las personas. En su cabeza yo no le quiero. Es gracioso como el diferir de las perspectivas te haga ver lo que es cuando no es y lo que no es cuando es.
Me estoy quebrando la cabeza pensando que se siente mal y no sé si es eso o es un chantaje infantil-sentimental para que le de un beso. Voy a estar en mi clase pensando que lo dejé ahí, solo y triste, y nada tendrá sentido.






















lunes, 5 de octubre de 2015

Septiembre del 2015.







Memorias del mes + una tarjeta de cumpleaños.






7 de Septiembre del 2015, 15:26 horas.

A mi papá en su cumpleaños: chinga a tu madre.