jueves, 27 de octubre de 2016

Andrea y Cecy.








A principios de mes, Andrea, Cecy y yo, fuimos al bosque colomos a tomar unas fotos. 
Fue un bonito día. Terminamos comiendo y comprando en Andares mientras platicábamos y todo fue muy agradable. 



























Cecy tomó las fotos en las que aparezco (gracias Cecy ♥).

lunes, 24 de octubre de 2016

Nido Quelele.







A mediados de mes, Diego (Aragón) nos invitó a acampar a un lugar fuera de la metrópoli en Jalisco. Llegamos al punto de reunión a la hora adecuada pero pasaron muchas cosas en el camino al lugar predestinado que pensamos que ya no iríamos y la idea del campamento se pospondría, porque estaba anocheciendo. Al final, decidimos ponernos en camino. En una parte del camino, teníamos que rodear una montaña cuyo camino no estaba muy bien definido, había hoyos gigantes y curvas muy estrechas, incluso, el camino desaparecía por partes por estar lleno de monte. Tuvieron que empujar el auto 2 veces, una vez porque no prendía y otra porque la llanta quedó volando. Con todas las trabas, pero con la mejor actitud, llegamos a Nido Quelele

El lugar era como de un cuento, literalmente en medio de nada, estamos rodeados de naturaleza, árboles enormes y el canto de grillos y demás insectos. Nido Quelele tiene su propio camino en medio de todo eso, escaleras de piedra que atraviesan el pequeño paso de una corriente de agua. Cuando atravesamos ese pequeño camino, llegamos hacía donde estaba todo. Ver el lugar por primera vez causa una gran impresión (y eso que era de noche): Tenía 2 cuartos construidos: un baño seco y la recámara donde dormía Don José, el fundador del lugar, una hamaca, una lona, ladrillos en el suelo para cocinar, una casa de campaña muy grande ya instalada. El lugar tenía todo lo necesario para vivir. Era perfecto. 

La cena estaba lista cuando llegamos: arroz con verduras y café. Diego se encargó de preparar chocolate también. La noche fue muy agradable, estuvimos contando anécdotas, fumando marihuana y tabaco orgánico y hubo un pedazo de la noche en que cada quien (Diego, Gilberto, Don José, el otro Diego jaja, Héctor, Javier y yo) tocamos un instrumento. Esa parte fue especial, hubo un momento en el que todos estábamos en sintonía, yo tocaba el pandero con los ojos cerrados mientras intentaba seguir el ritmo y sentía las notas. Fue muy bonito. La noche se tornó muy fría y decidí ir a dormir. 

A la mañana siguiente exploramos un poco el lugar, fuimos a caminar muy temprano los 2 Diegos, Gilberto, los 3 perritos (Helena, de Diego, y Sargento y Capi) y yo. Regresamos para desayunar, todos ayudamos a preparalo, eran lentejas con verduras, pero cada quien partía algo o hacía algo para ayudar. Después de eso, fuimos a un arroyo a recoger piedras para algo que quería construir. Y después nos alistamos para regresar. 


Intenté ser muy breve y general en todo, pero el viaje fue realmente maravilloso. Sin duda, una anécdota que me emocionaría mucho contar. Aquí están las memorias del viaje.











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Don José.



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Pd. Gil tomó las fotos donde salgo yo (gracias Gil ♥).