viernes, 3 de octubre de 2014

Septiembre del 2014.



Memorias del mes. 


Que nadie me vea llorar.

Estoy en un autobús que me lleva a no sé qué lugar, con no sé qué personas. Me fui llevándome conmigo imágenes que nunca me esperé llevar: mi madre y hermana estáticas, mi mejor amiga llorando y, el que ahora pienso es mi otra mitad, pensando aún que soy su otra mitad. Ahí se quedaron. No más. No sé qué más escribir, porque, por supuesto, estoy llorando, pero qué más me queda por hacer, si casi es una ley de vida que uno llore por las personas que ama.
Estoy llorando, pero no estoy triste, espere tanto por éste momento, que siento como si todo ya hubiese ocurrido desde hace mucho tiempo atrás. Pero aún así, lloro. Lloro por todo lo que deje, porque las personas de las que me estoy separando valen mucho más que cualquier carrera que cualquier persona se vaya a estudiar fuera. Lloro por Ellis, mi perrita. Lloro por los paisajes de mi ciudad natal. Lloro hasta por lo que no debería llorar.


Septiembre siempre es gris, pero siempre es agradable.


Estoy hecha de recuerdos. Estoy llena de ansias. Ven futuro, o no. Quédate ahí, ya voy en camino para encontrarte. 


















No hay comentarios.:

Publicar un comentario