lunes, 25 de julio de 2016

De la última vez que subí el faro.






De la última vez que subí el faro. 
Algunas fotos y un texto.


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Siempre que estoy triste vuelvo al mismo lugar y a las mismas personas. Esta vez fue un poco diferente. Estoy tan vacía. No necesito a nadie más que no sea yo. Estoy sola. ¿Estoy bien estando sola? No lo sé, pero necesito estarlo, he estado con tantas personas que olvidé cómo se siente estar conmigo misma. Empecé a leer otra biografía sobre Van Gogh. No entiendo que hago aquí, no quiero que nadie me salve. Me acuesto, veo el cielo, cierro los ojos y respiro. Estoy en paz y viene un pensamiento de ti a mi mente. Un perro se acerca a lamerme la oreja, abro los ojos, el perro se va, estoy sola otra vez. Veo pájaros y recuerdo que ellos también están encadenados al cielo, que nunca hay felicidad completa y sonrío. Me siento, me fumo un cigarro y dejo de mover constantemente la pierna. Me levanto y camino. Empiezo a tomar fotos, las borro, me pongo a llorar. Corro a la banca y me acuesto de nuevo. No puedo ver nada, tengo demasiadas lágrimas, cierro los ojos y me quedo dormida. Despierto y el sol se está metiendo, vuelvo a tomar fotos. Doy una vuelta y empiezo a temblar, no he comido nada en todo el día. Me siento, hay una multitud cerca y decido bajar. El camino es verde...

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