Originalmente,
esto era una carta de odio. Hace 2 días cambié mi foto de perfil en Facebook y
una de las fotos que me sugerían, era una donde estoy abrazando a la persona
más tóxica que me ha tocado conocer. Tóxica para mí. La primera impresión que
tuve al verla fue precisamente impresión (ja), ni siquiera recordaba su estancia
en este mundo, empecé a recordar algunas cosas como en línea de tiempo,
terminando con nuestra última conversación. Sentí rabia.
Como
siempre me ha gustado decir lo que siento, cuando lo siento, pensé que sería
una buena idea escribir acerca de esa persona y cómo me sentía al respecto en
ese momento. Empecé a escribir solamente cosas malas y no hice ni un párrafo
cuando me sentí cansada. No de escribir en sí, sino de escribir cosas malas. Lo sentí absurdamente innecesario y noté que no
me hacía sentir mejor, ni sentir nada. No había tristeza, ni nostalgia, ni
felicidad, ni siquiera estaba ya la rabia. Sonreí un poquito.
Atrás
está atrás y ya no conmigo. Se acomodó el tiempo y, por ende, me acomodé yo.
Haya pasado
como y cuando haya pasado, es precisamente eso: pasado. Ni se borra, ni se
modifica, ni se sufre. Se goza. Se disfruta el aquí, ahora.
Mucho
aquí, mucho ahora.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario